Una mañana de dormir la mona después de trabajar duro en la última campaña que hicimos para los supermercados “El Mandongo”, recibí un teletipo a dos tintas en el que me anunciaban que una novedosa tipografía iba a llevar mi nombre: la GARAMOND. Ni los “Oros” en Cannes, ni San Sebastián, ni el Oscar al mejor actor de reparto en “Bailando con Lobos”, ni la vez que me toco la Primitiva; eso, fue la culminación a mi carrera, el gran premio que me merecía después de tantos años trabajando duro con mi pluma y mi tintero.
John Garamond Suans
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